Solamente un hijo de la eternidad

Distinguido 2007,

Quizá usted no nos conozca, pero nosotros ya hemos tenido la oportunidad de saber cómo se las gasta. Pretende imponer su doctrina cual dictador fascista. Actúa de forma implacable, tajante. No descansa, no hay tregua, no podemos reponernos. Lleva sólo cuatro días y ha mostrado sus cartas, donde la crueldad brilla en todo su esplendor.

Aun así, ha obviado un pequeño detalle, es hijo de la eternidad, en 360 días su vida habrá terminado. El tiempo nos persigue, pero nosotros somos más rápidos, el futuro nos pertenece. Lo siento por usted. Entérese de que el destino está en nuestras manos, tal como decía Víctor Hugo "el futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad". Es nuestra labor forjarle a nuestro antojo, si nos lo proponemos no es más que un diamante en bruto que requiere ser tallado. Es la oportunidad para vislumbrar tierra en el horizonte, un oasis en el desierto, una luz en la oscuridad.

Sin embargo, no debemos amedrentarnos, no debemos abandonar esta campaña por temor a lo utópico que pueda resultar. No podemos permitir el miedo que trata de infundirnos. Hay que mirarle a los ojos y descubrir ese esplendor oculto entre las sombras. El valor será nuestra guía. Superaremos las desgracias que nos envíe, la debilidad no tiene cabida en nuestra fe.

Con estas líneas únicamente le quería mostrar el inconformismo que algunos presentamos contra su comportamiento. De por hecho que tendrá noticias nuestras.

Sin más, me despido y le deseo un feliz año.

J. Zamora Gómez

Edito: Me parece un poco traperillo, pero nunca está de más decir una tontería. Prefiero decirlas que oírlas.